Costa Rica tiene una historia y un modelo de desarrollo exitoso, basado en una democracia de larga data. Se destaca por ser una de las naciones políticamente más estables, respetuosas de los derechos humanos, relativamente prósperas y ambientalmente conscientes de la región. Este modelo ha traído importantes dividendos económicos, sociales y ambientales, con un crecimiento satisfactorio y sostenido, movilidad ascendente para una parte importante de la población, resultados positivos en indicadores sociales y logros significativos en reforestación, medio ambiente y cambio climático.